Miguel Lecaros, Vicerrector de Aseguramiento de la Calidad y la Planificación de UDALBA, reflexiona a propósito de la reciente acreditación Institucional de nuestra casa de estudios: “Cuando un equipo trabaja y hay esfuerzo legítimo y genuino, uno puede esperar que los resultados sean positivos. Pero independiente de lo que uno busca, complican ciertos parámetros que están establecidos por ley. Uno nunca está seguro porque finalmente, son los juicios de 10 o 11 personas que leen informes y no conocen la institución; pero afortunadamente todo salió bien y estamos contentos con el resultado”.
La institución fue acreditada hasta el 2026, pero en 2025 deberá iniciar su proceso de reacreditación, algo que empieza a tomar forma desde ya. “Tenemos un plan maestro que accionar de acá en adelante y tiene que ver con cumplir con la nueva ley. Y la nueva ley tiene nuevas dimensiones, nuevos criterios, diferentes a los que rigieron esta acreditación”, explica.
Y especifica: “Ahora son 5 dimensiones. La primera, Docencia y Resultados de Proceso de Formación es obligatoria; la segunda dimensión, Gestión Estratégica y Recursos Institucionales, obligatoria; la tercera dimensión, Aseguramiento Interno en la Calidad, obligatoria; la cuarta dimensión, Vinculación con el Medio, obligatoria desde mayo de 2025; y por último, Investigación y Creación de Innovación es voluntaria”.
Según la nueva ley, en nuestro país las carreras de medicina, odontología y todas las pedagogías deben acreditarse obligatoriamente, y es requisito que las universidades que las imparten cuenten con la acreditación institucional. “Independiente de eso, en el 2026 a nosotros nos van a mirar como un todo. Y van a tomar carreras al azar, una, dos, tres, cuatro carreras de distintas áreas, y van a analizar si estas cumplen ciertos criterios de calidad. Esa es la diferencia con la ley por la cual nos acreditamos en el proceso anterior”, dice el Vicerrector Lecaros.
-¿En qué etapa está la reacreditación de medicina?
-“Estamos esperando la visita (de pares evaluadores) que se va a concretar –aunque la fecha puede cambiar dependiendo de la CNA– del 26 al 28 de abril. Medicina es una carrera de acreditación obligatoria que se está reacreditando. Anteriormente fue acreditada por una agencia, ahora lo hará la Comisión Nacional de Acreditación de manera directa.
-La carrera de medicina nunca ha dejado de estar acreditada, ¿eso significa que hay más expectativas?
-“Yo creo que son distintos tiempos. Y son distintos también los actores que participan, porque esta vez es la CNA, no es una agencia. Anterior a la modificación de la ley 21.091, las agencias tenían facultad para acreditar carreras. Se modificó la ley y las agencias no tienen facultad para acreditar, sino para certificar solamente.
-¿Y qué pasa con odontología?, ¿En qué situación está actualmente?
-“Odontología fue certificada. No podía ser acreditada porque la universidad no estaba acreditada. Entonces ahora que la universidad está acreditada, estamos obligados a acreditarla. Y ahora estamos trabajando en un plan de acción para preparar la carrera para la acreditación. Lo bueno es que ya tiene un ejercicio de certificación y eso nos permite estar tranquilos porque hay un mecanismo interno de autorregulación.
-¿Y cuándo se presentaría la carrera a ese proceso de acreditación?
-“Eso está en vista de resolución de parte de la rectoría. El equipo de la carrera es un equipo destacadísimo. Ellos ya tienen bastantes cosas adelantadas. Lo que falta ahora es tener la resolución (de la acreditación institucional) de la Comisión Nacional de Acreditación. Una vez que eso llegue, se hará un análisis a nivel de directorio, rector y equipo académico. Pero estamos obligados a presentarles odontología.”
-Mientras tanto no están recibiendo alumnos nuevos, ¿no?
-“Recién estamos acreditados institucionalmente hace tres semanas, y mientras no esté acreditada la carrera, no puede aperturarse, porque obviamente es la obligatoriedad que la carrera esté acreditada. Si no, no puede recibir estudiantes. Así dispone la ley”
-Como vicerrector, ¿en qué quiere poner el acento ahora respecto al Aseguramiento de la Calidad?
-“En dos principales instancias. Uno, un modelo de aseguramiento de la calidad; y otro, el control de gestión. Porque la idea es que cada uno haga su trabajo. El resultado de esto se va a mostrar y, por tanto, la acreditación será una consecuencia eso. Esta vicerrectoría va a colaborar con todas las unidades para que estos mecanismos estén instalados y se autorregulen a sí mismos. Y lo hará dando indicaciones, orientaciones, y no toma de decisiones. Y esto implica que una de las cosas más importantes para el año 2026 es que en todas las unidades, sean estas estratégicas u operativas, tienen que existir mecanismos de aseguramiento de la calidad. Si hay debilidades, hay que generar inmediato un plan de mejora y no pensar que otras unidades solucionen los problemas. Tiene que ser un trabajo de mucha integración. Y un trabajo de mucha fraternidad, además, porque hay que mostrar el año 2025 cosas distintas a las que mostramos el 2022. El enfoque de una gestión estratégica, pensado en la sustentabilidad y sostenibilidad del proyecto, tiene que ir adecuado con un proyecto institucional hacia donde crezca la universidad. Y sobre eso hay que trabajar a la luz de los antecedentes que tenemos a partir de este proceso.
En este proceso se han levantado debilidades y fortalezas. Ahora miramos hacia el futuro. Ya superamos esta etapa. La universidad se acreditó después de 10 u 11 años. Pues eso implica desafíos que son importantes para los estudiantes, para los profesores, para la comunidad. Y es una muy buena noticia. Pero también implica responsabilidad por lo que viene”.
-Y de esas fortalezas de las que usted habla, ¿cuáles son las más potentes?
-“Yo creo que la fortaleza está en la relación que existe entre profesores y estudiantes. La camaradería que existe en el ambiente, la resiliencia, el cómo salir adelante a pesar de todos los problemas, y el liderazgo del rector. El creer que sí se puede, porque la universidad estaba en el suelo. En el suelo y quemada. Y el liderazgo del rector ha hecho que esto salga adelante. Y todos los demás nos ponemos ahí a un costado, a un lado y detrás del rector para seguir adelante en lo que tenemos que hacer. Sin el liderazgo de él, esto sería muy difícil. Como ocurre en otras instituciones, él marca las pautas y nosotros hacemos los trabajos que, desde la experiencia que cada uno tiene, aporta. Ningún área, ninguna vicerrectoría, ninguna decanatura por sí sola puede hacerlo. Esto tiene que hacerse en equipo y con mucha humildad y con mucha solidaridad”.
-¿Y en cuanto a debilidad, en qué trabajaría usted?
-Bueno, la debilidad está en reconocer que la lejanía no ayuda. Es decir, estamos en Santiago Antofagasta, Chillán, La Serena, y necesitamos estar mejor conectados. Las realidades regionales también son distintas. Entonces, tenemos que generar planes de acción a través de cual esta lejanía de 2 horas 20 en avión a Antofagasta o de 5 horas en tren a Chillán o de 40 minutos en avión a La Serena se ‘acorte’, generando la suficiente toma de decisión a nivel descentralizado. Y todo eso requiere también mejor y mayor cercanía, pero el desplazamiento geográfico se ha ido superando con el espíritu de cada vicerrector, quienes han estado muy comprometidos con la gestión. Por eso es que hay que “acortar” la distancia. Y tenemos que ampliar la oferta académica. Esas son cosas que hay que hacer.
-¿Ampliar la oferta en Advance también?
-“Todos los programas, sean especiales o regulares, hay que ampliarlos. Somos una universidad pequeña. Tenemos 15 carreras y debemos ofrecer más. Y para que la universidad también se haga cargo de otra área, hay que fortalecer las áreas que tenemos”.
– O sea que “expansión” es una palabra clave de aquí en adelante.
“Sí, pero no inorgánica. No un crecimiento inorgánico, sino orgánico, en el sentido que no podemos tener 50 carreras si los espacios y la infraestructura no dan. No se puede aumentar la cantidad de estudiantes si no hay espacios para recibirlos, entonces esto debe ser armónico. Y el estudiante debe saber que esta universidad trabaja para ellos. Todo lo que hacemos, lo hacemos para los estudiantes. Acá está comprobado, tanto por la Superintendencia de Educación como por comisiones, que no hay lucro. Todo va al beneficio de los estudiantes. Y hemos tenido control externo que lo verifica. Eso es muy bueno. Es una tremenda fortaleza.
-¿Hay algún plan para cambiarse de sede en Santiago?
-“No. No, yo creo que no. Estamos bien acá. Sí creo que hay que fortalecer las sedes regionales e ir creciendo de manera prudente, pero ir creciendo, diversificando carreras, repito, y ampliando ofertas que podamos cumplir para satisfacer lo que la sociedad necesita”.
El año pasado la Universidad del Alba fue certificada con el prestigioso sello internacional ISO en cuatro áreas: Secretaría General, Dirección General de Matrículas, Dirección de Informática y Tecnología (DTI) y la Dirección de Administración y Logística (Departamento de Adquisiciones). A eso se suma 5 carreras acreditadas desde el 2020 hasta ahora. “Si eso no es un avance, no sé cómo se llama”, dice Miguel Lecaros.
-¿Y hay otras áreas que se van a presentar a la certificación del sello ISO este 2023?
-“Tengo la impresión que sí, pero falta todavía que nos reunamos y ahí el rector tomará la decisión de cuáles áreas serán. Además, agregar que ya comenzamos la certificación de las carreras que no están certificadas. Ya se constituyó un equipo. Así que vamos a tener 100% de las carreras certificadas, me refiero al área de salud y el área de ingeniería. Así que en eso estamos ya trabajando”.
-¿Se parte con todas al mismo tiempo o hay un calendario?
-“Hay una programación, pero son todas. La idea es partir el 2024 con las carreras certificadas y acreditadas (en el caso de medicina y odontología)”.
-Lo dice súper convencido.
-“Sí, claro. En eso estamos trabajando y a eso vamos. Vamos a llegar a fin de año con todas las carreras cerrando procesos de certificación, con una institución acreditada y esperamos que con odontología ya en vías de una acreditación también. Tenemos una acreditación en cual todos participaron, todos pusieron su granito de arena. Estamos en un momento de desafío permanente y si seguimos haciendo las cosas como lo estamos haciendo, vamos a alcanzar la satisfacción de haber corrido bien esta carrera, porque la validación más importante es la que cada uno hace con el cumplimiento de sus compromisos”.