Bomberos de Chile, y en especial mi Cuerpo de Bomberos de Chillán, donde me desempeño como Secretaria General, es una escuela formativa regida por los más altos principios y valores altruistas a los cuales un ser humano puede aspirar. Mi crecimiento como persona se lo debo en gran parte a esta Institución: la fraternidad de quienes ahí he conocido no la he experimentado en otras organizaciones.
Eso quizás se deba a que nosotros estamos al servicio de la ciudadanía, con un sentido solidario auténtico, ya que la ayuda muchas veces traspasa el sólo hecho de acudir en caso de incendios o de cualquier tipo de emergencias: es una labor de entrega total. Como voluntarias y voluntarios nos predisponemos cotidianamente a prestar auxilio a todas y todos, sin excepción.
Ser Bombero es dedicar la vida, en varios aspectos, a quienes más lo necesitan. Nuestra labor, y la mía en especial, ha sido a ratos de un gran sacrificio personal, que ha pasado por postergar muchas veces a mi familia, a mi hija. Sin embargo, en ellos también encuentro la comprensión, contención y apoyo que sólo de su amor puedo recibir. Esto también se refleja en mis cofrades ya que, al estar expuestos al sufrimiento humano, entre todas las voluntarias y voluntarios, hacemos un gran trabajo de resiliencia y, de esa forma, sobrellevamos el dolor del prójimo, que nos afecta emocionalmente.
Mi anhelo es que todas y todos los ciudadanos sean aún más empáticos con la labor que desarrollamos, porque se trata de un voluntariado para situaciones límites, es de perogrullo señalar que para una familia perder una casa es perder un hogar. En ese contexto debiesen existir más formas de canalizar recursos monetarios civiles desde las bases sociales como, por ejemplo, las organizaciones territoriales y funcionales.
Puede ser que el sistema nos obligue a salir a la calle en la Colecta Anual, porque tratándose de todo tipo de emergencias, los recursos siempre son limitados y necesitamos de la ayuda de la sociedad civil. Bomberos es una institución cuya mística, tradiciones y proceder requiere de un sentido del bien común muy elevado por parte de la ciudadanía.
He podido combinar mi rol en Bomberos con mi esfera laboral, donde también colaboro como Maestra de Ceremonias, y también he recibido el apoyo de Universidad del Alba Chillán y de todos quienes pertenecen a la comunidad universitaria en sus diversos cargos. Eso para mí es motivo de orgullo.
Si es este el espacio en el cual puedo dejar un mensaje, sería comentarles que se es Bombero desde que uno se presenta como postulante a la Institución hasta siempre, mientras las fuerzas no decaigan y la vida no presente mayores dificultades.
Hago un llamado a todos y todas a que analicen que, si en algo pueden contribuir, lo hagan para el bienestar de otras personas. Ser Bombero es dar la vida si fuese necesario, es no dormir bien en las guardias nocturnas para que otros puedan conseguir el reparador descanso. Con una trayectoria institucional sustentada en hombres y mujeres de buena voluntad, sólo me queda señalar que… Bomberos es mi vida
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