El miércoles 21 de agosto, en el marco de la 4ta Feria Laboral organizada por la Corporación de Universidades Privadas (CUP), Francisca Guajardo, Directora General de Derechos Humanos, Equidad de Género e Inclusión de UDALBA, y Susann Jiménez, Coordinadora de la misma unidad, dictaron la charla “Cómo influye el género en el mercado laboral”.
Durante el espacio, moderado por Heli Rafael Romay, Coordinador Nacional de Vinculación con el Medio y Titulados de nuestra casa de estudios, ambas profesionales hicieron un análisis sobre las diferencias entre hombres y mujeres en el mercado laboral. Uno de los primeros temas que abordó Francisca Guajardo fue el de las dinámicas de género en el entorno laboral. Según explicó, estas “son un conjunto de interacciones y expectativas sociales basadas en el género, en cómo las personas al interior de la organización son tratadas, percibidas y valoradas. Estas dinámicas afectan sustantivamente las oportunidades de buscar y encontrar empleo y también el desarrollo profesional y el bienestar general de la institución”
La Directora de DD.HH, Equidad de Género e Igualdad de UDALBA explicó, además, que “el género y el mercado laboral ha sido una materia de análisis continuo, debido a la desigualdad de género que existe en la participación, la remuneración y las condiciones laborales que tienen tanto hombres como mujeres en la sociedad. Algunos datos importantes son la participación laboral, la brecha salarial, la segregación ocupacional y el impacto de la maternidad y los problemas ocasionados por la pandemia”.
Y agregó: “Es importante destacar que sin bien la tasa de participación femenina muestra un aumento significativo en las últimas décadas, sigue existiendo una brecha significativa (…) Además, las mujeres ganan en promedio un 35% menos que los hombres, incluso cuando se consideran factores como la experiencia y los estudios que cada uno de ellos posee”.
La participación femenina sigue siendo más baja, “y esto se debe a que, por ejemplo, las responsabilidades de cuidado sigue recayendo mayoritariamente sobre las mujeres, lo que hace que limite sus oportunidades laborales, profesionales e, incluso, educacionales”.
Y ahondó: “A menudo las trabajan en empleos informales con menores beneficios y seguridad laboral. A pesar de que los avances existen las mujeres enfrentan barreras que son significativas para poder acceder a posiciones de liderazgo y a toma de decisiones en las empresas”.
Según explicó la profesional, las mujeres tienden a concentrarse en sectores laborales como la educación, salud y los servicios, mientras que los hombres predominan en la minería, la construcción y la tecnología, áreas que son mejor pagadas. Además, las mujeres están subrepresentandas en posiciones de liderazgo y alta gerencia, lo que también genera un impacto negativo.
“Respecto a la maternidad, que no es un tema menor, esta afecta negativamente la participación y la progresión laboral de las mujeres, ya que la mayoría de ellas enfrenta dificultades para incorporarse al mercado laboral después de la maternidad, y a menudo se enfrentan a la discriminación y a la falta de oportunidades para avanzar en sus carrera, producto de la falta de una red de apoyo”, dijo.
Según Francisca Guajardo, la pandemia exacerbó las desigualdades de género en el trabajo formal, porque muchas mujeres tuvieron que abandonar sus empleos debido a la sobrecarga de responsabilidades: “La pandemia del Covid-19 lamentablemente generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres”.
Otro factor preocupante en la desigualdad de oportunidades en el mundo laboral “es que nuestra población hoy está envejeciendo y los niveles de cuidado son altísimos, lo que también va generar un nuevo retroceso. Más fuerza laboral femenina tendrá que salir de este rubro y dedicarse a los cuidados”.
“Aunque persisten desigualdades importantes en la participación de las mujeres en el mercado laboral que requieran atención continua, el Estado chileno ha implementado políticas para fomentar la igualdad de género en el trabajo, con la ley de igual salarial, la ley de cuotas de género, el programa de apoyo a la conciliación de la vida familiar y laboral. Pero la efectividad de las políticas aún es un objeto de debate, debido a que si bien el género influye de manera significativa en las fuentes de trabajo se refleja siempre en desigualdad y discriminación y la mayoría de repercusión es en mujeres”, dijo Francisca Guajardo.
NOCIONES IMPORTANTES
En tanto, Susann Jiménez, psicóloga y Coordinadora de la Dirección General de DD.HH. Equidad de Género e Inclusión de UDALBA, aportó con nociones y definiciones básicas respecto a género y mercado laboral.
“El género es el constructo social de roles, atributos y comportamientos en función del sexo asignado al nacer. Esto se contrapone con lo que es el sexo, que son las características biológicas, de cromosomas, etc. Por eso tienen esta contraposición, porque el género no necesariamente al sexo asignado al nacer”, explicó.
Respecto a la violencia de género, la psicóloga aclaró que esta puede ser física, psicológica y sexual. “Pero también hay violencia económica laboral y política, que son conceptos que se conocen un poquito menos”, dijo.
Según Susann Jiménez, muchas veces se confunden dos conceptos y es bueno tenerlos claro cuando se hacen análisis como el presentado durante la charla: “Si bien gran parte de la lucha por la equidad y la igualdad es lograr esta igualdad sustantiva, que significa que todas y todos tengamos igualdad de derechos se contrapone con la equidad de género, que tiene que ver con que todos tengamos un acceso equitativo a estos beneficios y oportunidades”.
También abordó temas como el acoso sexual y el acoso laboral. Y luego ahondo en la desigualdad de género en el ámbito laboral. “Por una parte tenemos la división sexual del trabajo (…) A la mujer se le suele adjudicar un rol más bien privado; y al hombre un rol público”.
Y explicó: “Esto quiere decir que la mujer se inserta en las áreas de los cuidados, en las labores domésticas, etc., y el hombre es el proveedor. Entonces la mujer cumple esta doble jornada por así decirlo, cumple su jornada laboral remunerada para luego seguir con una labor no remunerada, que son los cuidados de la casa, doméstica, cuidados de personas dependientes”.
Otro tema abordado fue el techo de cristal, “que es la limitación que tienen las mujeres a recibir un ascenso laboral al interior de las organizaciones, es justamente un techo invisible que limita su desarrollo profesional. Esto se vuelve una discriminación implícita, se acepta que la mujer tiene un acceso diferencial a roles y posiciones de beneficios y de poder”.
Las especialistas también plantearon cómo podíamos promover una equidad de género en los espacios laborales: “Debemos combatir los estereotipos de género, porque las mujeres y los hombres han sido asociadas a ciertos roles y creencias compartidas sobre qué se espera de cada género y termina siendo muy dañino para la futura inserción laboral de las personas; velar por la conciliación de la vida laboral y familiar, es decir que hombres y mujeres se pueden desarrollar teniendo en cuenta la corresponsabilidad como eje fundamental; eliminar la violencia de género, y para esto es importante tener canales de denuncia y estrategias de prevención; eliminar las brechas salariales implementando políticas de igualdad al interior de las empresas o de los lugares de trabajo; tener herramientas de prevención y acoso sexual y laboral, porque las mujeres son más propensas a vivir acoso laboral y sexual dentro de las organizaciones ; pensar en reconocimientos igualitarios de las funciones realizadas , independiente del género o sexo, fomentar la diversidad de contratación y promoción, y algo muy importante, ofrecer programas de capacitación en temáticas de género que promuevan espacios de tolerancia y respeto”.