¿Recuerdas el primer día que entraste al colegio o al jardín? Si es así, ¡felicidades! Tienes una excelente memoria. Si no, te aseguramos que fue un día terrible.
Entrar al colegio es algo que tú no decidiste, lo hicieron tus papás, y tu opinión valía poco y nada para poder evitarlo. Tuviste que levantarte a horas tortuosas para llegar puntual a un lugar en el que tenías que estudiar e interactuar por obligación. La enseñanza media fue lo mismo, te costaba levantarte temprano, tener que destinar una parte importante del día a estudiar, cuando de seguro tus intereses principales eran salir con tus amigos (que probablemente conociste en el colegio) y simplemente divertirte.
Hoy con tus nuevos ojos, de seguro le agradeces a tus papás de todo corazón que te hayan obligado a pasar por todo ese proceso. Ya que cuando te hubiste aclimatado, tu vida se transformó en algo mucho mejor.
Todo esos años que viviste en el jardín, colegio y liceo, te han dado la madurez de decidir por ti mismo estudiar en la universidad. Ya no eres un niño, eres una persona con la capacidad suficiente para elegir en su vida lo que le conviene y cómo aprovecharlo.
Toda esta introducción tiene que ver con tus hábitos de estudios y de cómo mejorar tu concentración, sin embargo era necesario hacer este repaso para que los puedas valorar mejor.
Deja tu celular
“Lo estoy usando para buscar información”; “necesito ver el nombre del autor”; “estoy buscando una fecha”; etc., etc., etc… ¡Noooo! No te mientas a ti mismo. ¡Apágalo! Desde el momento que entras a la sala tu teléfono YA DEBERÍA ESTAR APAGADO. Si realizas tus video clases desde tu computador, apágalo y cierra las aplicaciones que no necesitas en tu pantalla. Si solo te conectas desde tu celular, enfócate 100 % en tu docente y desactiva las notificaciones.
Es cierto que puedes utilizar tu celular como una herramienta de conocimiento, pero no lo hagas en clases. Por algo le estás pagando a docentes de primer nivel que ya hicieron esas búsquedas (u otras similares), precisamente para que tú puedas concentrarte en los estudios. No te mientas a ti mismo dándole un rol equivocado a tu celular en el momento equivocado. Además, desconcentras a los demás. El egoísmo no es un buen valor.
No divagues
Es cierto que la mente “se manda sola”, pero tú también ejerces poder sobre ella. Un excelente consejo es que estudies desde tus cuadernos de apuntes o desde libros impresos. Por dos motivos: no te distraes con mensajes de redes sociales y descansas tus ojos. Cada vez que te pones a responder los whatsapp te quedas pegado en una espesa atracción de la que cuesta salir.
Descansa cada 30 minutos
Dicen que la mente tiene un tiempo óptimo de concentración de 30 minutos, por lo que una buena técnica sería respetar esa media hora. Puedes comer una manzana, beber agua y retomarlos luego de algunos breves minutos de descanso. Si es clases o videoclases, da lo mejor de ti durante todo el tiempo que dure. Aún si excedes esos 30 minutos.
Come bien
Si bien este no es un artículo de nutrición, te recomendamos que comas bien y evites las grasas, y obviamente, el alcohol. A algunas personas les gusta leer novelas con una copa de vino, o más de una, y dicen que disfrutan más la lectura. ¿Sabes cuál es la diferencia entre ellos y tú? ¡Es que ellos no tienen que rendir pruebas de ese libro!
Si los libros son tuyos, ¡ráyalos!
Hay personas que les gusta rayar y subrayar los puntos importantes, entonces no te guardes las ganas, ráyalos si son tuyos. Un libro quiere que tú aprendas. Si un libro pudiera hablar te diría: “Dóblame, ráyame o déjame debajo de tu cama con tal de que aprendas”.
Finalmente el mejor consejo es el que te das a ti mismo. Si te concentras escuchando música fuerte, hazlo; si prefieres hacerlo en silencio, hazlo, pero te volvemos a recordar que estás pagando por un servicio de educación, ¡sácale el máximo rendimiento!
