Los espacios universitarios tanto físicos como digitales deben ser observados cuidadosamente por la autoridad universitaria, de manera tal de generar una confianza en el estudiante, posibilitando que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea limpio, sin problemas e inconvenientes para quien ha confiado en una Institución de Educación Superior.
La reflexión anterior la hago en virtud de la creación de la Oficina de Derechos Humanos y Equidad de Género de la Universidad del Alba, que entró en funciones hace unos meses atrás y ha generado un espacio real y efectivo de protección en una doble dimensión, a saber, una dimensión en la tutela de la Equidad de Género y la observancia de los Derechos Humanos en el marco de las actividades universitarias.
La creación de la Oficina, sin lugar a dudas es un tremendo avance dentro de la Institucionalidad de la Universidad del Alba, particularmente por su forma de construcción. En la especie, tenemos un instrumento que se ajusta a los estándares propuestos en la ley 21.369, creado por toda la comunidad educativa, discutido por los representantes de los estamentos de nuestra Universidad, pero por, sobre todo, teniendo una visión descentralizada en cuanto a su gestión.
Así, nuestra institución posee representantes de la Oficina de Derechos Humanos y Equidad de Género en todas sus sedes (Antofagasta, La Serena, Santiago y Chillan), quienes nos encargamos de difundir, orientar y capacitar a la comunidad universitaria en la implementación y uso del protocolo.
Particularmente en La Serena, en atención a la extensión de estudiantes y carreras, funcionamos dos personas en calidad de representantes de la Oficina; la directora de la Dirección de Asuntos Estudiantiles, doña Giannina González Michea, y el redactor de la presente, en calidad de abogado consultivo de la Oficina. Nuestra misión en estos meses se ha enfocado en socializar los instrumentos que deben ser conocidos por la comunidad universitaria en el marco de la implementación de la normativa al interior de nuestra Universidad, así como también capacitar a los directivos y docentes sobre el protocolo, para así ir avanzando en las charlas informativas para la comunidad estudiantil. Este trabajo, no resulta del todo Baladí; toda vez que entre más difusión exista de la normativa, más alcance tendrá la información para enfrentar casos de acoso que eventualmente se verifiquen en nuestros espacios académicos.
Lo atractivo de este protocolo implementado por la Universidad del Alba, es que quienes llevan las investigaciones de este tipo de casos, son investigadores externos, hecho que genera una real y efectiva transparencia en la investigación toda vez que la regla general en la implementación de estos casos es trabajar con los recursos humanos prexistentes en la investigación, perdiendo muchas veces la confidencialidad el proceso.
Sin lugar a dudas es un arduo trabajo, pero a su vez la gratificación mas grande que puede existir es contribuir a mejorar los espacios universitarios y generar dinámicas de respeto, con visión y enfoque de Derechos Humanos y de Género, de manera tal de cumplir con la primera reflexión planteada, esto es, lograr que el proceso de enseñanza y aprendizaje sea limpio, sin problemas e inconvenientes para quien ha confiado en una Institución de Educación Superior, particularmente en nuestra Universidad del Alba.
* Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de nuestra Universidad.