Por Jorge Reyes
Uno de los hitos de 2021 en la Universidad del Alba fue el Primer Congreso Binacional de Minería, actividad de internacionalización realizada en septiembre y organizada por la carrera de Ingeniería de nuestra casa de estudios en conjunto con la Escuela de Ingeniería en Minas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC).
Entre los panelistas del seminario estuvo nuestro académico Jorge Medina, quien expuso sobre seguridad en la minería chilena. El profesor Medina tiene una vasta experiencia en minería -desarrollada sobre todo en El Teniente- y una destacada trayectoria académica: es Doctor en Ciencias de la Educación; Ingeniero Civil en Prevención de Riesgos y Medio Ambiente; Ingeniero Civil de Minas; Ingeniero Civil Industrial de Minas, y Experto Profesional en Seguridad Minera del Servicio Nacional de Geología y Minería.
La exposición del Dr. Medina fue tan destacada, que luego del seminario recibió una invitación para participar del III Congreso Nacional de Gestión del Riesgo en Seguridad Minera de Colombia, el cual se realizó de forma virtual en la plataforma del Consejo Colombiano de Seguridad, durante noviembre, y tuvo como principal objetivo sensibilizar a los actores del sector minero sobre la importancia de la prevención y gestión del riesgo para promover una cultura de seguridad y salud en el trabajo.
El evento contó con la participación de más de 500 personas, entre representantes de entidades del sector público, jefes de talento humano, coordinadores de seguridad y salud en el trabajo, empresarios y titulares mineros, organizaciones sindicales, administradoras de riesgos laborales, universidades con formación en ingeniería en minas seguridad y salud en el trabajo.
“Fue una experiencia extraordinaria”, dice Medina, a modo de balance de su participación en el evento colombiano. “Me pidieron que dictara la misma temática (que ofreció en el Seminario Binacional), así que como experiencia académica estos dos eventos han sido muy fructíferos, extraordinarios. Y, es más, inmediatamente quieren que empecemos a contactarnos y preparar el segundo seminario, que sería para junio. Se está viendo la posibilidad de que hagamos un intercambio de docentes. Ya hay profesores que aseguraron que van a ir a Colombia. Yo, por mi parte, voy a ir con mi hijo, por nuestra cuenta, turísticamente. Pero también queremos estrechar lazos personales con los docentes de allá. Ellos tienen 32 mil estudiantes. Este Departamento de Relaciones Internacionales que creó la universidad es maravilloso. Todo esto ha sido para ambas universidades una experiencia enriquecedora, y especialmente para nosotros”.
-¿En qué temas hizo hincapié en su conferencia en Colombia?
“Mi conferencia estuvo basada en lo que significa la responsabilidad de los profesionales que trabajan en minería, vale decir, los liderazgos que tienen que establecerse. Son puntos que al hablarlos voy dándole énfasis suficiente de acuerdo a la experiencia que yo tengo. El que escucha va a notar que efectivamente es algo producto de la expertís que uno va teniendo y del contacto que yo he tenido durante años. Un día pasé a la Universidad, en La Serena, y pedí la nueva carpeta para los docentes: “Universidad del Alba, Simplemente Humanos”, dice. Y eso para mí significa mucho, porque respalda cómo yo le daría el enfoque incluso en la clase. No todos somos espiritualmente evolucionados, somos diferentes. Pero la universidad con eso reafirma, me refleja que voy en la línea correcta, y después dice: ‘Nos gusta ser así’. La minería es un mundo difícil, duro, a muchos ingenieros solo les interesa la productividad, no las condiciones del trabajador. Tampoco les interesa mucho lo que significa la competencia blanda, es decir sus inquietudes y aspiraciones”.
-¿Cómo ve la realidad de la minería en Colombia?
“Terrible porque ellos tuvieron más de cien accidentes fatales el año pasado. Eso es dramático. Su fuerte es la minería del carbón, pero si uno revisa los videos en el caso de la búsqueda en la mina Esmeralda, de Boyacá, parte el alma ver a esos mineros cómo trabajan por sobrevivir en medio de la selva. Entonces, sin yo tener que calificar, estoy en la misión de lo que significa el ser humano, la seguridad centrada en la persona. Ese es el enfoque, la parte emotiva, y que toda mi vida doy gracias a Dios que me ha ido muy bien porque toco lo que corresponde al ser humano, los sueños y aspiraciones que tiene la gente. Entonces ese es el enfoque, y lo digo con mucho compromiso y humildad: unas 200 mil personas me han escuchado de la gran minería. Entonces, tengo que pensar no solo en quienes tienen los grandes recursos, sino que, y vuelvo a insistir, en el ser humano. Es decir, al hablar de minería, nosotros tenemos que comprometer al empresario y al trabajador. En conjunto diariamente vamos a ir perfeccionando lo que significa la cultura preventiva”.
¿Cuáles son los grandes desafíos que enfrenta Chile en el ámbito de la minería?
“Nosotros tenemos un gran futuro. Hay grandes proyectos. Están aprobados, están en su etapa de desarrollo. Por ejemplo, el caso de El Teniente, tienen proyectos a 50 años, se metieron a un nivel más subterráneo. Y Chuquicamata, están proyectados 50 años más de actividad minera, es decir, los profesionales que nosotros saquemos, ellos tienen trabajo seguro, estable y bien rentado. Esa es la realidad. Y Chuquicamata, al bajar los 620 metros de profundidad, y donde se va a empezar el desarrollo de la extracción del mineral, se colocó un ventilador, que es el más grande del mundo. Entonces, esos puntos son los que yo voy a resaltar para que vean cuán preocupados estamos de la seguridad y también de la formación de los ingenieros”.