La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que “no hay pruebas” de que los animales de compañía como perros o gatos puedan estar infectados con el COVID-19, por lo que no pueden propagarlo.
Sin embargo, explican en su página web que “siempre es una buena idea lavarse las manos con agua y jabón después del contacto con las mascotas”. “Esto protege contra bacterias comunes como la ‘E.coli y la ‘Salmonella’, que pueden pasarse entre mascotas y humanos”, resaltan.
Los especialistas en sanidad animal han explicado que el coronavirus felino y el que afecta a los perros son genéticamente diferentes al coronavirus causante de la COVID-19, porque los primeros pertenecen al grupo de los alfa-coronavirus, mientras que este último es un beta-coronavirus, “por lo que se trata de un virus completamente diferente a nivel genético”.
Las personas infectadas pueden seguir manteniendo a sus animales de compañía en casa siempre con medidas de precaución que pasan por “mantener distancia con el animal y utilizar mascarilla”, aunque está “totalmente contraindicado poner una mascarilla al animal”.
En caso de que la mascota tenga que ir al veterinario, debe ir acompañado de otra persona y hay que avisar previamente al veterinario para que tome las medidas correspondientes.
Más información en: Organización Mundial de la Salud