Cuando Ignacia Cifuentes vio la película Juego de Gemelas, hace 12 años, cambió su vida. La estudiante de primer año de Medicina UDALBA Santiago recuerda que en ese momento conoció la esgrima, deporte que practica hasta el día de hoy.
“Dejé de hacer de ballet debido a una lesión, y mis papás, que siempre han fomentado el deporte en mí, me dijeron que eligiera un deporte, así que vi la esgrima y me gustó. Vi algunos videos y me había gustado por la película, entonces hice una primera clase y me quedé ahí para siempre”, cuenta Ignacia Cifuentes, quien actualmente es seleccionada nacional de la disciplina y, de hecho, hace solo unas semanas representó a Chile en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.
La experiencia de representar en casa a su país en la categoría de espada, asegura, fue “increíble y creo que ha sido una de las competencias más lindas que he tenido por el hecho de que estaban mi familia y amigos acompañándome. Fue algo mágico, más que cualquier otra competencia”.
– ¿Cómo viviste tu participación en Santiago 2023?
-“Fue muy lindo porque se masifica mucho más el deporte, incluso los que la gente no conocía tanto, y creo que sirvió mucho para fomentar el deporte en los niños. Todos estaban pendientes de los juegos y también se sintió mucho el apoyo. Nosotros tomábamos el metro desde la Villa Panamericana para ir al estadio y estábamos vestidos con el uniforme del Team Chile, entonces la gente se sacaba fotos con nosotros y nos decían ‘Viva Chile’ o nos deseaban éxito, entonces se sentía demasiado la euforia de la gente. Era muy lindo”.
– ¿Fue esta tu competencia más importante en lo que va de tu carrera?
.“Yo creo que de las más importantes. Quizás he tenido competencias más importantes, pero para mí ha sido la más especial porque estaba mi familia presente y nunca había vivido algo así. La verdad es que supe la noticia de que iba a representar a Chile hace cuatro años, entonces llevaba todo ese tiempo preparándome para ese momento y creo que fue lindo esperar cuatro años para que todo pase en una semana, entonces fue mucha emoción y euforia”.
– ¿Cómo han sido tus 12 años entrenando esgrima?
-“Tiene sus altos y bajos. Yo empecé muy chica en el alto rendimiento, entonces me he perdido muchas etapas como graduaciones, cumpleaños, viajes en familia o con amigas o vacaciones de verano, todo por entrenar o por estar de viaje durante meses, entonces ha sido duro, pero tiene su devuelta de mano, como conocer otros países, personas o estilos de vida. Además, te da más experiencia, así que es como un mundo ajeno al que la gente vive, pero me encanta. Te pierdes cosas, pero todo tiene su recompensa”.
– ¿Por qué practicas la espada como disciplina?
-“Son tres armas: el florete, la espada y el sable. El sable es un arma de contacto, por roce, y solo es válido tocar el tronco y los brazos, mientras que el florete, al igual que la espada, es un arma de punta, pero solo es válido el tronco, funcionando por prioridad del ataque. En la espada, en cambio, es válido tocar todo el cuerpo y no es prioridad, sino que por puntos. Yo entreno espada porque, según mi entrenadora y todos los entrenadores en realidad, soy alta y delgada, y ese es el biotipo de la espadista, porque es el arte del que toca primero y ser alta te da más ventaja”.
La esgrima como estilo de vida
Con participación en distintos eventos de connotación mundial, como Juegos ODESUR, Juegos Bolivarianos y copas mundiales en categoría juvenil y adulto, la joven esgrimista no deja de pensar en un futuro ligado del deporte que practica desde hace más de una década.
“La verdad es que siento que para mí hay esgrima para rato, porque la esgrima es un deporte longevo y te puedes retirar a los 40 años si es que llegas bien y sin lesiones, mientras que en otros es a los 35 años, así que es un deporte que da para harta proyección. Y me proyecto con Juegos Olímpicos, como los de París o de Los Angeles, y a futuro siendo finalista en mundiales y en copas del mundo, o medallista en los próximos Juegos Panamericanos de Barranquilla”, reflexiona.
– ¿Qué significa la esgrima en tu vida?
-“Básicamente es mi vida. ¿Pasión? Sí, pero en realidad es mi día a día y la verdad es que no me imagino mi vida sin la esgrima, porque creo que llegué al punto en que yo giro entorno a la esgrima y no al revés. Es algo que hago y pienso todos los días: me acuesto pensando en una competencia, me despierto pensando en otra y día a día lo hago”.
Vida en UDALBA y Medicina
Detrás de la careta y en el día a día alejada de la esgrima, Ignacia Cifuentes cursa su primer año de Medicina en la sede Santiago de la Universidad del Alba, donde, cuenta, espera convertirse en una profesional en el área de la salud para vincularse con la tecnología.
“Siempre me ha gustado Medicina, pero me gusta más llevarla a la tecnología, siempre me ha gustado el computador y pensar cómo sería mezclar la ingeniería con la medicina, porque estudié Ingeniería Civil en Matemática, entonces siempre me ha gustado el tema de mezclar esos dos mundos y hacer algo con eso. Es uno de mis sueños y por eso ahora entré a Medicina”, dice la estudiante.
– Debe ser muy difícil complementar los estudios y el deporte.
-“He tenido compañeros que me acompañan mucho, en el sentido de que entienden que estoy haciendo otras cosas. O sea, trato de comprometerme lo más posible y no dejar todo tirado, como si no tuviera responsabilidades, pero claramente no va a ser una ayuda al cien por ciento. Eso igual lo entienden y también ayudan grabando algunas cosas o enviándome materia y, además, los profesores me han apoyado mucho, como el profesor Moisés Arriagada, de microbiología, que es un muy buen profesor”.
– Mencionaste que Medicina es tu segunda carrera y que antes estudiaste Ingeniería Civil en Matemática. ¿No son áreas un poco distintas?
-“Sí, es distinto, pero igual si se ve más profundamente, no lo son tanto en cuanto a las cosas que se pueden hacer y los avances que se puede tener, como hacer cosas con códigos o con neurología. Al combinar esos dos mundos se pueden hacer muchas cosas”.
– ¿En qué área de la Medicina te quieres perfeccionar?
-“Me gustaría, algún día, poder trabajar con códigos y en neurología. Ojalá algún día ayudar a las personas, con Alzheimer o enfermedades genéticas, por ejemplo. Me gustaría trabajar con el código genético y la ingeniería”.