Connie Muñoz y José Eduardo Molina se vieron por primera vez a través de una pantalla de computador. Era marzo de 2020, con la pandemia por Covid-19 haciendo estragos en todo el mundo, cuando ambos ingresaron a primer año vespertino de Tecnología Médica en Universidad del Alba, sede Santiago.
Entre clases online y jornadas de estudio a distancia comenzaron a fraguar tímidamente una amistad que al año se transformó en pololeo. Hoy, 14 de febrero de 2023, Día de San Valentín, recuerdan esos días y sonríen. Ya cruzaron la mitad de la carrera, en noviembre pasado participaron de la ceremonia de investidura con sus trajes granates y hoy están ad portas de iniciar el cuarto año de Tecnología Médica. No es todo. Desde junio del año pasado están casados.
“Sí, nos casamos el 8 de junio de 2022 y fue el día más feliz de mi vida”, dice Connie. “Quién lo iba a pensar, nos conocimos en pandemia, en clases online y nos pusimos a pololear en el segundo año de la carrera. Fue todo súper loco, cuando nos conocimos estábamos todos encerrados en nuestras casas, todo era de manera virtual, las clases, los trabajos y aún así hubo química, cariño. La verdad, no me imaginé que el amor de mi vida estaba tan cerca, menos en medio de una pandemia, pero nos fuimos conociendo a través de las clases, y poco a poco me conquistaron sus detalles, su preocupación por mí. Me encanta que nuestros caminos y propósitos se hayan cruzado y que nos ayudemos en todo, hasta en sacar adelante nuestra carrera”, se emociona la estudiante UDALBA.
Su compañero, José Eduardo, también transmite felicidad: “Sin pensarlo, acá en la Universidad encontré al amor de mi vida. Connie me flechó, como se dice. Entonces, qué más puedo pedir: me encanta la carrera, adoro estudiar con ella, nos ayudamos harto, aunque siendo sincero es ella quien más ayuda, es muy buena estudiante”.
Trabajo, estudio y familia
Formar una familia es uno de los propósitos de este matrimonio, pero por ahora los hijos deberán esperar. Ambos estudian y trabajan, por lo que sacar sus carreras es la meta más inmediata.
“El momento de la investidura fue muy emocionante porque es un hito en nuestra carrera, uno siente que está ad portas. Porque ha sido complejo, la historia con José Eduardo es preciosa, pero son hartas cosas que uno debe saber sobrellevar. UDALBA me da la posibilidad de trabajar y estudiar, a través del vespertino, entonces en el día trabajo como funcionaria administrativa de una empresa para pagarme la carrera. Es difícil, pero se puede”, dice Connie.
La joven es de Maipú y nombra con orgullo al liceo de dónde egresó: el Colegio Intercultural Trememn, de esa comuna. Siempre le interesó la salud e incluso antes de ingresar a Tecnología Médica estuvo en Enfermería. “Pero me enamoré de esta carrera, me gusta mucho más la tecnología médica”, dice con convicción.
José Eduardo es de Pudahuel y también trabaja para poder financiar sus estudios: “Estudié en un liceo técnico profesional de Pudahuel, donde me recibí de técnico eléctrico. Entonces, en el día trabajo como encargado de una sala de batería de ácido plomo y en las tardes y noches estudio en la Universidad. Nuestra historia es de esfuerzo, pero estamos felices”.