Confieso que no es fácil tomar la decisión de volver a estudiar después de haber avanzado tanto en la vida. Es intimidante empezar desde cero, como si recién saliese del colegio. Uno se inventa excusas que no son otra cosa que el temor a hacer algo nuevo y diferente.
¿Qué es lo más difícil? Aunque suene raro, es exponerse a la crítica. Volver a ser alumno de pregrado en una carrera muy diferente a lo que fueron mis estudios y vida profesional anteriores es una apuesta riesgosa. Es amenazante enfrentarse a nuevos paradigmas, a nuevos códigos de conducta y especialmente a nuevas maneras de pensar. Pero he tenido un gran apoyo de mi familia y amigos para lanzarme a esta aventura de reconvertirme desde ingeniero civil a abogado.
Y casi sin darme cuenta, ya ha pasado un mes desde que comenzamos las clases.
¿Cómo ha sido esta experiencia hasta ahora? Ha sido intenso, pero satisfactorio. Descubrí que aún puedo sentarme a estudiar y aprender nuevos conceptos. También que a esta edad uno es más disciplinado y ordenado que antes, así que uno de mis temores se ha ido disipando de a poco.
Lo más importante hasta ahora ha sido descubrir que he podido integrarme a la universidad. Soy un alumno más de la facultad, solo que más experimentado, cosa que mis compañeros de curso no dejan de recordarme, pero siempre haciéndome sentir parte importante del curso.
He descubierto con gran alegría que la Universidad del Alba nos acoge a cada uno en nuestra diversidad y apoya a cada uno de nosotros para que logremos nuestro máximo potencial.
¿Y vale la pena dejar la comodidad de la jubilación para enfrentarse al desafío de aprender nuevas habilidades y conocimientos? ¡Sí, absolutamente! De hecho, si pudiera hacerles una recomendación a otras personas en situación similar, les diría que se atrevan a volver.
La universidad rejuvenece el alma y potencia el cerebro.
* Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento de nuestra Universidad.